domingo, 23 de mayo de 2010

DE LATINOS Y PIEL MORENA....

DE RECONQUISTA POPULAR:

[El autor es Michael Yates, un economista marxista de EEUU que hadecidido vivir su jubilación al modo de muchos jubilados: en una casarodante. La diferencia es que, con un entusiasmo juvenil, en vez deestacionarse en una playa de Florida junto a muchos de sus congéneres,se dedica a recorrer el país, especialmente las zonas más "salvajes" yprístinas. Su mirada está dando permanentes entradas a la realidadconcreta de la vida cotidiana en los EEUU profundos. Recomendable.Aquí van unas pocas líneas sobre lo que percibió en California. Elresto, puede leerse en la posición web arriba indicada.]Estuvimos cincuenta días en California. Es un estado de extremos geográficos: los desiertos, las sierras, la larga costa oceánica y losvalles centrales. Es un gran estado agrícola y todo visitante debería recorrer los valles de San Joaquín, Imperial o Sacramento para ver dedónde sale nuestra comida. Vaya en época de cosecha, y verá a loshombres, mujeres y niños de piel morena recolectan nuestras cosechas,esa gente que nos de miedo y odio, pero sin la cual no tendríamoscomida barata ni comida, en general. Verdura, fruta, nueces, arroz,leche, carne. Aquí está, aquí abunda. Y todo lo produce, desde elprincipio hasta el final, esta gente de piel morena. La base de estaagricultura y la mayor parte de los demás emprendimientos son lostrabajadores baratos y el capital subsidiado. Los dueños de la tierra y de cualquier otra partícula de capital se proponen mantener intactos el trabajo barato y los subsidios. Los trabajadores agrícolas han librado potentes batallas para cambiar sus vidas, ganar mejores sueldos y cierta dignidad. Hay un pasaje de"Viñas de Ira" que me ha conmovido profundamente: "Un hombre, una familia expulsados de la tierra; este automóvil oxidado traqueteando hacia el Oeste por la ruta. Perdí mi tierra, unsolo tractor tomó mi tierra. Estoy solo, estoy perplejo. Y por la noche, una familia acampa en una zanja, y otra familia también, y aparecen las carpas. Los dos hombres se acuclillan en sus pozos y las mujeres y los niños escuchan. Aquí está el núcleo, para ustedes que odian el cambio y temen la revolución. Que estos dos hombres acuclillados se mantengan separados. Que odien, teman y sospechen delotro [...] Porque caso contrario, del "perdí mi tierra" se divide una célula, y de esa división crece lo que ustedes aborrecen: "perdimosnuestra tierra". Ése es el peligro, porque dos hombres no están tan solos y perplejos como uno. Y de este primer "nosotros" brota algo todavía más peligroso: "Tengo algo de comida" más "No tengo nada". Si la suma a este problema es "Tenemos algo de comida", entonces la cosa se encamina, el movimiento adquiere una dirección. Basta ahora con multiplicar y la tierra y el tractor son nuestros. Los dos hombres acuclillados en la zanja, el fueguito, el churrasquito cocinándose enuna parrilla común, las silenciosas mujeres con ojos como piedras, los niños detrás, prestando atención con el alma a palabras que sus mentes aún no entienden [...] "Tomá esta sábana, es de lana. Era la sábana demi madre, llevátela para el bebé". Aquí está la bomba: en el paso del"yo" al "nosotros".?Atravesamos el valle de San Joaquín por el Norte y el Oeste, siguiendo las acequias de riego que ayudan a subsidiar a los productores. Nos atragantábamos de pesticidas, mientras lamentábamos que la atmósfera estuviera tan empañada que era imposible ver las montañas que se alzaban, cercanas, por el Este. Las chacras y fincas son enormes y altamente mecanizadas. La investigación que hace posibles las máquinas se lleva a cabo, a expensas del erario público, en nuestras grandes universidades del Estado (como la de Davis, en California). Otro subsidio para los productores. El trabajo sigue siendo barato, subsidio que el dinero de los productores extrae del gobierno: les alcanza para impedir que haya mejores leyes o para que se apliquen mallas vigentes. Alcanza también para coimear e intimidar a las policías distritales, que siguen hostigando y persiguiendo a los trabajadores rurales migratorios.--
Néstor GorojovskyEl texto principal de este correo puede no ser de mi autoría

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