domingo, 20 de septiembre de 2009

Debate: Frente nacional por la Vida y la Soberanía


Una vez más asistimos a plenarias con agendas que corresponden al 2009 y participantes correspondientes a los 80. El cálculo partidario está en primera línea. El discurso en nombre de las mayorías sigue siendo la disculpa en el debate, pero las acciones signan un camino de dispersión -so pretexto de purezas ideológicas- que ocultan influencias económicas externas, sobre todo oenegeras.Las principales contribuyentes para este trabajo -se sabe- son las llamadas "Mesas" y las hay para todos los gustos: de gobernabilidad, de concertación, de diálogo, etc. con sus correspondientes hijos putativos: "Los Consejos Nacionales" en Seguridad Vial, en Trabajo, en Salud, en Ciencia y Tecnología, Educación, de Descentralización,.. todos importantes, sobre todo el último, que no son más que extensión de las políticas impuestas desde ese proyecto financiado e impuesto por el Banco Mundial: UN NUEVO CONTRATO SOCIAL PARA EL PERU.
Se configura asi un estilo de vida entre los dirigentes: Ser parte de las mesas o consejos, en donde siempre serán minoría en nro de votos, pero igualitarios para el pago de dietas por la asistencia a éstas, representando tal o cuál federación. Consiguientemente: nos representan a todos los trabajadores sin que nosotros los hayamos elegido para esta "misión".
Resultados a la vista: mayores índices de siniestrabilidad en transportes, peores condiciones de trabajo, privatización de la salud, magros resultados en la investigación y desarrollo "tecnológico", privatización de la educación -a propósito: las APAFAS… ¿no cubren varios costos en la educación? ¿De dónde sale este dinero?. La Descentralización ¿no es acaso una fragmentación del territorio patrio en muchos espacios para discutir con igual número de SUTEPs, por ejemplo?...Todo esto sustentado con la "Magna Carta Constituyente del 93”...Se puede intentar cambio alguno bajo el "manto protector blindado de la constitución fujimorista" que permiten por ej. contratos ley, monopolios naturales como la telefónica, concesiones, TLCs, etc.?
El orden de las prioridades está a la vista. En cada reunión del Frente Nacional por la Vida se oyen voces distintas. Para algunos compañeros la prioridad radica en mantener este régimen del aceite y la faena hasta el 2011 en tanto seguimos contaminados con la mesitis aguda y sus dietas como receta.
Mientras...se remata Paita y le seguirán el agua y las tierras selváticas. En todo el Perú se oyen voces llamando al Paro y la Huelga General, en tanto en LIMA nuestros dirigentes convocan a un “duro” y Gran MITIN-CONCIERTO de protesta, con canciones revolucionarias antiimperialistas sonoramente cantadas. De todo esto queda una gran lección y por eso seguimos asistiendo: Los compañeros de la Selva no cantaron, no discursaron, sólo actuaron…y ganaron. Agua, tierra, sangre, articulación y el verde de la hoja sagrada son un solo cuerpo. Rasec/19/09/09
Miércoles 16 de septiembre de 2009
Rltimoicardo Vicente López
Hace unos diez años, en una entrevista el profesor del MIT, Noam Chomsky, hizo una serie de afirmaciones que es bueno volver a leerlas. Preguntado sobre el fenómeno de las corporaciones dice esto: «Existen corporaciones desde hace tanto tiempo como desde el siglo dieciocho, e incluso antes. En Estados Unidos, las corporaciones eran entes públicos. Básicamente, eran asociaciones. El modelo para la corporación volviendo a los tiempos de la redacción de la Constitución era un asunto constitucional. Durante el siglo diecinueve, esto empezó a cambiar. Es importante recordar que el sistema constitucional no fue diseñado en primer lugar para defender los derechos de la gente. Más bien, los derechos de los ciudadanos tenían que ser equilibrados, como propuso Madison, con lo que él llamaba los "derechos de propiedad". Por supuesto, la propiedad no tiene derechos. Así, ésta es sólo una frase codificada para favorecer los derechos de la gente con propiedades. El sistema constitucional fue fundado sobre el principio de que los derechos de la gente con propiedades tienen que ser privilegiados; ellos tienen derechos porque son personas pero ellos también tienen derechos especiales porque poseen la propiedad» (subrayados míos).Es muy interesante comenzar a pensar el problema desde esta perspectiva histórica, porque puede verse cómo empiezan ciertas ideas y cómo van cambiando a lo largo del tiempo según se vaya dirimiendo la puja de intereses. Acá lo que está señalando Chomsky es el poder de los grandes propietarios. Uno de los Padres Fundadores de los EEUU hablaba con mucha claridad porque en aquellos tiempos se podían decir cosas que hoy hay que recubrirlas con una vestimenta que las convierta en una figura aceptable. El cuarto Presidente de los Estados Unidos, James Madison (1751-1836), recién citado, uno de los más influyentes de esos políticos por su contribución a la redacción de la Constitución de los Estados Unidos, a tal punto que es apodado "El Padre de la Constitución", sostenía que el objetivo del gobierno debe ser «proteger a la minoría de opulentos frente a la mayoría de pobres» y así lo expuso en los debates constitucionales. Esa es la vía por la que el sistema fue establecido. En los EEUU sobre el final del siglo XIX «los tribunales cambiaron crucialmente el concepto de la corporación. Simplemente lo redefinieron con el objetivo de garantizar privilegios para los dueños de la propiedad. Las corporaciones recibieron a principios del siglo XX derechos de personas, de hecho personas inmortales, y personas de inmenso poder. Y estaban libres de la necesidad de restringirse ellos mismos las concesiones del Estado. Ese es un gran cambio. Esencialmente es establecer importantes tiranías privadas, las cuales no tienen responsabilidades porque están protegidas por la Constitución».Entonces podemos ver como se configuró una institución empresarial que tuvo las manos libres para el proceso de concentración del capital que hoy llega a cifras siderales. Dice Chomsky que: «Es una forma de tiranía. Pero, ese es el objetivo último de la corporación - intentar alejar lo público de la toma de decisiones sobre aquello que pertenece a su misma esencia, limitar los campos de discusión públicos, controlar la opinión, asegurarse de que las decisiones fundamentales que determinan cómo va a funcionar el mundo - lo cual incluye la producción, el comercio, la distribución, el pensamiento, la política social, la política exterior, todo - no está en manos públicas, sino más bien en manos de un altamente concentrado poder privado. Y hay varias formas para hacer esto. Una es tener el sistema de comunicación en manos de una red de, pocas o muchas no importa mucho, tiranías privadas».Para poder pensar cómo funciona nuestro sistema de comunicación veamos lo que dice sobre su país: «Tomemos los medios de comunicación en Estados Unidos. Son mayoritariamente medios corporativos. Incluso los llamados medios públicos no son muy diferentes. Son simplemente enormes corporaciones que venden audiencias a los anunciantes de otros negocios. Y se supone que constituyen el sistema de comunicaciones. No es complicado imaginar que es lo que va a resultar de todo esto. Y hay cosas nuevas ocurriendo todo el tiempo. Es esencialmente un enorme juego de poder entre corporaciones, que intenta ofrecer a los "inversores" -a las juntas directivas de General Electric, Merrill Lynch, etc.- derechos extraordinarios. Se está haciendo en secreto porque la gente implicada, que es casualmente toda la comunidad de negocios, sabe que la ciudadanía va a odiarlo. Y no hay duda acerca del hecho de que los medios, que han estado bien enterados de esto desde el principio, han tenido éxito en no mencionarlo»
http://www.pensandodesdeamerica.blogspot.com

LIBROS: LA CRISIS FINANCIERA GUÍA PARA ENTENDERLA Y EXPLICARLA

Juan Torres López
con la colaboración de
Alberto Garzón Espinosa

http://hl33.dinaserver.com/hosting/juantorreslopez.com/jtl/images/stories/libro_attac.pdf

PRÓLOGO
Nos dijeron que la economía estaba en crisis
debido al alto precio del petróleo que estaba encareciendo la mayoría de la producción, a los dos meses la crisis era porque éste había bajado su precio a la mitad. Contaban que la economía iba bien cuando el precio de la vivienda estaba a unos niveles que ningún joven podía acceder a ella y en cambio se contabilizaban tres millones de casas vacías en España, hasta nos hacían felices porque los que teníamos vivienda ahora éramos ricos debido a la subida de los precios, y en realidad lo que sucedía era que nuestros hijos no podían comprar una. Nos inquietaban con el peligro de que explotara la burbuja inmobiliaria que provocaría la caída de los precios, a pesar de que esa hubiera sido la única forma de que algunos pudiesen comprarse una casa. Durante toda la vida habíamos pensado que un signo de mala situación económica era que subieran los precios de los productos que necesitábamos, pero ahora dicen que con la crisis bajarán y eso es todavía peor. Hace diez años recomendaban que nos hiciéramos un plan de pensiones privado porque el sistema público no estaría en condiciones de garantizar el pago de nuestra jubilación y ha resultado que ha sido el sistema público el que ha tenido que rescatar al privado de la bancarrota.

En nuestra sociedad, los “expertos” en economía vienen a ser como los brujos de las tribus salvajes que advertían de una terrible sequía dos semanas antes de que el poblado se inundara por unas torrenciales lluvias, y a pesar de eso seguían considerados como los sagrados adivinos cuando dejaba de llover.
Muchos hemos llegado a la conclusión de que en este siglo XXI leer buenos –y decentes- libros de economía es tan importante como los de supervivencia si se va a una isla desierta. Y por eso yo leo a Juan Torres, por supervivencia en esta edad moderna. De forma que llega un catedrático de Economía como él y nos dice que lo que argumentaban los grandes gurús de la economía mediante matemáticas muy sofisticadas era “una tontería sin fundamento científico alguno pero que se divulgaba para que los multimillonarios puedan seguir jugando al casino”. O sea, el brujo de la aldea tomándonos el pelo en el siglo XXI. Y la prueba más clara es que hasta a Emilio Botín y a Alicia Koplowitz les sacó el dinero un estadounidense de nombre Madoff mediante el tocomocho de unas inversiones piramidales dignas de un trilero de la Gran Vía madrileña.

Todo lo que está sucediendo ahora lo advirtió hace cuatro años Juan Torres López en su libro “Toma el dinero y corre. La globalización neoliberal del dinero y las finanzas” (Icaria), pero Torres no tenía el reconocimiento de “brujo de la aldea” que dan los grandes medios y las instituciones financieras porque decía lo que a ellos no les interesaba, y lo silenciaron.
Lo que sí pregonaban pocos meses antes de que se desplomaran las finanzas estadounidenses y europeas, el 5 de abril, eran titulares como este del diario El País: “BBVA y el riesgo venezolano”. Se hacían eco de que el banco español “BBVA acaba de advertir sobre la situación venezolana en el capítulo de riesgos del informe anual presentado ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos”. Seis meses después los gobiernos estadounidenses y europeos dedicaban sus fondos públicos a salvar la banca privada y el venezolano concedía
236,7 millones de dólares para 1.547 proyectos socioproductivos comunitarios.
Esos ejecutivos y banqueros que han provocado la crisis se siguen burlando de los ciudadanos cada día que pasa. Mientras conocemos los multimillonarios rescates bancarios con dineros públicos, en Munich se inauguraba en octubre de 2008, con gran éxito de asistencia, la Feria de Millonarios, donde encontramos un teléfono móvil que se vende por 178.000 euros, una almohada adornada con diamantes por 300.000 euros, cigarros envueltos en oro, el último Ferrari, el mayordomo perfecto, yates, casas de caviar y champán... Esos días se conoció que el dueño de la inmobiliaria española Fadesa se adjudicó a su cuenta personal 139 millones de euros de la empresa antes de declarar la suspensión de pagos, que los ejecutivos de la aseguradora AIG se fueron una semana de vacaciones gastándose un total de más de 440.000 dólares alojándose en un hotel de California que cuesta mil dólares por noche, tras recibir los 85.000 millones de dólares del rescate del gobierno estadounidense.
La división aseguradora del desaparecido Fortis, cuyos restos fueron comprados a precio de saldo por BNP Paribas, se gastaron 150.000 euros en una cena en el prestigioso restaurante Louis XV del hotel monegasco de Paris Monte-Carlo, el más caro de todo el Principado.

Aunque la crisis es básicamente financiera y del sector de la construcción, un estudio señalaba que los directivos de las entidades financieras tienen un salario medio de entre 80.000 y 250.000 euros y los de las promotoras o constructoras entre 100.000 y 240.000 euros. Estos sueldos, según el estudio, sólo son superados por los socios de los despachos de abogados. Sirva como ejemplo que durante 2008 la presidenta de Banesto, Ana Patricia Botín, tuvo un aumento de sus emolumentos del 18 % para llegar a ingresar 3,67 millones de euros. A ellos hay que añadir “los 3,8 millones que el banco aportó a su plan de pensiones, que se eleva ya a 21,7 millones” . El resto de los miembros del Consejo de Administración percibió durante 2008 un 36,9 % más que el año anterior, y los once miembros de la alta dirección vieron su retribución aumentada un 34,6 %, hasta alcanzar un sueldo medio de 742.000 euros.
En Estados Unidos no es diferente. Mientras la financiera Merrill Lynch aprobaba los planes de despidos y recibía ayudas del gobierno, su presidente, John Thain, se gastaba 1,2 millones de euros en amueblar su despacho. Entre sus adquisiciones, alfombras de 67.000 euros y una mesa de 19.200. Así se viven las crisis cuando uno es directivo de una gran empresa o banco.
Al final tenía razón Bertolt Brecht cuando afirmaba que el delito no era robar un banco, sino fundarlo.
En realidad, como me dijo mi amigo Santiago Alba, a estas alturas no deberíamos escandalizarnos, esa gente siempre se dedicó a comer y a beber bien mientras la humanidad se muere de hambre, no hay ninguna novedad.
Y mientras todo eso sucede, y tras destinar el gobierno español millones de euros para la banca privada, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, se limitaba a declarar: “Yo confío en que las entidades financieras [...] tomen la decisión de garantizar crédito a los ciudadanos”. Y la organización de consumidores OCU y el sindicato CCOO pedían al gobierno que si un banco quiebra se aumente la garantía del fondo de depósitos de los 20.000 euros de ahora a 150.0004. Se trataría de que entre todos los ciudadanos, incluidos los que no tenemos ese dinero, pagásemos los 150.000 que alguien tenía ahorrado en una cuenta bancaria y que los directivos del banco se hubieran encargado de esfumarlos.

Este libro de Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa, “La crisis financiera. Guía para entenderla y explicarla”, nos revela que el dinero que circula por el mundo es falso, puesto que se mueven 5,5 billones de dólares en la economía financiera de los mercados de cambios y en las bolsas mientras que el comercio mundial es cien veces menos, que los prestamos hipotecarios eran los denominados NINJA, acrónimo de “No Income, No Job and No Asset”, es decir a personas sin ingresos, sin trabajo y sin patrimonio que así creían tener algo; y que en Estados Unidos, al igual que en España, el 40 por ciento de las viviendas compradas no estaban destinadas para ser habitadas. El capitalismo ha creado un sistema en que el dinero no es dinero, a los pobres los hipotecan para que crean que no son pobres y las casas no son para vivir. ¿Y cómo puede suceder esto? Por eso comencé diciendo que hay que leer libros de economía como si se tratase de guías de supervivencia.
Nos encontramos en una situación en la que ni los gestores del capitalismo se fían de él. Afirman los autores del libro que no es que faltase liquidez en los mercados sino que los bancos no se fían de ellos mismos y ninguno presta dinero, uno de estos bancos puede iniciar una campaña de rumores sobre la insolvencia de otro y conseguir hundirlo en la Bolsa para comprarlo a precio de saldo.
Como consecuencia, el dinero queda aprisionado en la psicosis que ellos han creado y la economía se paraliza. Supimos que el Tesoro de EEUU estaba colocando sus letras a un interés del 0% porque “los inversores parecen sentirse mejor poniendo su dinero en manos del Gobierno que en las de los bancos”.
Al final el estigmatizado Estado, acusado de incapaz por los neoliberales, les merece más confianza que los bancos que ellos han creado y gestionado.
Y todo esto no sería tan grave si no fuese porque detrás de ello existe la mayor de las crueldades. Algo mucho peor que explotar la fuerza de trabajo de un semejante mientras se le mantiene en la pobreza –que ha sido el principio fundamental del capitalismo histórico-, es lanzarse a la especulación con la compra masiva de productos alimenticios básicos provocando subidas espectaculares de precios y provocando que millones de personas mueran de hambre al no poder ya comprarlos.
Este es un libro de economía que incluye algo que los economistas del poder ya nunca nos recuerdan: la humanidad. La humanidad necesaria para tener en cuenta a quienes pasan hambre o quienes no tienen un trabajo para sobrevivir.
Con la economía quieren hacer como con el periodismo, que con su neutralidad y asepsia mantenga la equidistancia entre nazis y víctimas del campo de concentración, o que mantenga el equilibrio informativo entre el “terrorista” palestino de Gaza que resulta que tenía cinco años y el “defensor” de Israel que bombardeaba colegios desde un F-16.
El trabajo de Juan Torres y Alberto Garzón no termina dando recetas económicas milagrosas porque solo hay dos: subvertir la inmoralidad dominante para sustituirla por la ética y la decencia,
y levantar la voz para amotinarse contra los miserables que nos han llevado hasta aquí. Los autores tampoco evitan señalar a los últimos responsables: los gobiernos, los bancos centrales y los grandes organismos internacionales que con su pasividad permitieron esta situación puesto que establecieron las normas y las condiciones de juego para el saqueo y el crimen de los bancos. Esto ha sido posible porque los dueños del dinero han tomado el control de la política. Por eso Emilio Botín no rinde cuentas ante los jueces aunque su banco entregase a Hacienda información falsa sobre casi diez mil operaciones bancarias por valor de 145.000 millones de pesetas presentando como titulares a testaferros del tipo de personas fallecidas, ancianos desvalidos, parados o emigrantes que nada sabían de esas operaciones. Las leyes se hacen para los que manejan el dinero, los gobiernos ejecutan las políticas que ellos desean y la justicia está a su servicio y les garantiza la impunidad. Por esto en esta sociedad tiene más derechos una firma comercial que una persona y hasta resulta preferible ser una empresa que un ser humano. Llevábamos años escuchando que no había dinero para luchar contra el hambre en el mundo, para asistir a los enfermos de SIDA o para ofrecer sanidad a toda la población mundial y de la noche a la mañana aparecen billones para salvar a los bancos.

Este libro nos da las claves de la artimaña y la estafa. Estamos antes un golpe de Estado, o salimos a la calle o se quedarán definitivamente al frente del poder.

Pascual Serrano. Febrero 2009

Nos quedará algo?

Nos quedará algo?
Lagrimas negras

NOS QUIEREN GOBERNAR

NOS QUIEREN GOBERNAR