domingo, 29 de julio de 2012

El espectacular Vargas Llosa

28 Jul 2012

El espectacular Vargas Llosa

por iñaki urdanibia
Sábado, 28 de Julio de 2012 18:46
 
Con motivo de la publicación de un libro de Mario Vargas Llosa, <>, y las declaraciones adosadas, ciertas puntualizaciones se imponen.
 
Vargas Llosa, el inquisidor

El afán ilustrado / r del Nobel de Literatura le hace convertirse en un descarado populista en el terreno de la cultura. Simplificar es mentir y así cuando dando sus lecciones en una universidad USA, justo después de habérsele concedido el galardón nombrado, la emprendía con Michel Foucault, como si del coco se tratase, al resumir su filosofía como una invitación a tirar piedras a la policía y a ser homosexual(sic); ahora la emprende contra Jacques Derrida al decir que sus oscuras palabras no hacen sino esconder las mayores trivialidades(resic); ya de paso él, y algunos epígonos, le aplauden añadiendo a la lista de oscuros farsantes a otro Jacques, Lacan, que no hace sino chapotear con su verborrea en “el vacío destructor”. ¿Nada más? Si desde luego este es el rigor que usa el profesor peruano-hispano, que bajen los dioses y lo vean…y nada digamos de la formación que recibirán sus embelesados alumnos. Decía el ocurrente Oscar Wilde que lo contrario del matiz es la barbarie. Pues eso.

La French Theory hace tiempo que se convirtió en la culpable de todos los males que en el mundo son. Podría establecerse una lista con una cronología precisa, pero no es cosa de aburrirse y de aburrir, hasta el ronquido, a cualquier despistado que lea estas líneas. En el inicio, en los setenta, fueron los nouveaux philosophes que embistieron contra los maîtres penseurs que les habían educado(?) y a quienes habían adorado: los llamados estructuralistas fueron presentados como los que abrieron el camino a todos los desastres y condenados a ser arrojados à la poubelle de l´histoire. No mucho más tarde, en los ochenta, les tocó el turno a quienes clamaron el necesario rétour à l´ordre, Alain Renaut y Luc Ferry(luego sería ministro del gobierno de Chirac), pues según sus amalgamas los Derrida, Bourdieu, Althusser, Foucault et compagnie, y su anti-humanismo teórico, no hacía sino conducir al  desprecio de  los seres humanos (que se lo digan a Nelson Mandela, a los disidentes checos, a los condenados a muerte por el franquismo…). Para que no cupiese la más mínima duda , en la misma onda, algunos sintieron la necesidad de aclarar que ellos no eran nietzscheanos( Comte-Sponville, Vincent Descombes, Alain Finkielkraut, los recién nombrados et alii), pues seguir al pensador alemán venía a suponer dirigirse en línea recta a la barbarie; emulando al Luckács de la <> cuando venía a afirmar que la decadencia de una época se podía medir por las veces que se citaba al autor de <>. Por tierras alemanas, también en los ochenta, el omnipresente y comunicacional Jürgen Habremas, en su discurso de agradecimiento al recibir el premio Adorno, se dedicaba a establecer una cuadrícula de distinción / condena de distintos tipos de “conservadores”, lista en las que incluía, con la rigurosa distinción entre “jóvenes” y “viejos”  a Léo Strauss, Hannah Arendt, Witggenstein, Bataille, Foucault, Deleuze, Lyotard, etc. Mientras tanto, él, inequívoca muestra de vanguardista y rebelde, cantaba nanas en las Cortes hispanas para que sus señorías los diputados hispanos echasen la siesta bajo los sones del “patriotismo constitucional”, convirtiéndose en filósofo de cabecera de José María Aznar, el que hablaba catalán en la intimidad. Más tarde, puestos a descalificar vinieron distintos affaires: por una parte, el cíclico ataque a Martín Heidegger, y sus seguidores franceses, en dos fases: en primer lugar, la  innovadora(descubriendo lo que nadie sabía) denuncia del historiador chileno Víctor Farias del compromiso con el nacional-socialismo del filósofo alemán, y en segundo lugar, y más recientemente Eric Faye que se dedicó, con la ayuda de su enfurecido progenitor, a afirmar la implicación nazi de la filosofía del alemán; operación editorial de lanzamiento de su libro acompañada de una presencia mediática enorme y una embestida en los pagos académicos para limpiar el terreno de peligrosos heideggerianos, y exigiendo que los textos del autor del <> fueran excluidos de los textos obligatorios para los cursos terminales del bachillerato. Fue tal olor que levantó la orquestación de la que hablo, que Pierre Macherey dijo con gracia que el comportamiento exhibido por éstos era el propio de quienes dicen: quitaros vosotros para ponernos nosotros. 
Dejo de lado, no por carecer de importancia y revuelo armado, el affaire Sokal&Bricmont pillando en delito de impostura, con medios arteros, a los impostores, cómo no franceses, por usar analogías científicas para apoyar sus irracionales pensamientos; reivindicación de un cientismo barato y de un sentido de la propiedad desmedido(me,mí,mío, conmigo) que les hizo convertirse en custodios del templo de la Ciencia(con mayúsculas, dejando de lado las mandangas ácratas de Feyerabend y otros desmadrados). Tampoco quedó fuera de participar en esta cruzada el santo padre que vive en Roma, el anterior y el presente, al denunciar la soberbia de los Descartes y/ o Kant (¡pobrecillos!) que no servían más que para hacer que los humanos nos creyésemos dioses, con lo cual dejábamos de respetar al altísimo (no se trata de la NBA) y a sus representantes terrenos y sus sacrosantos valores que son el necesario baluarte contra la perdición; como con tanto tino y trino lo dicen los seguidores de Rouco Varela…Para ellos, el mayor peligro para la humanidad es esta falta de fe en los valores promovidos por los pensadores nihilistas y /o posmodernos…Publicistas de menor entidad no se quedaron a la zaga, como los Sebrelli o los Marina que hace algunos años, no tantos, clamaba contra los organizadores del Congreso hispano de filósofos jóvenes por haber elegido el tema del nihilismo para su estudio, etc., etc., etc. 

En el caso francés, es curioso subrayar cómo muchos de los nombrados como repartidores de diplomas del bien pensar, en lucha contra el disolvente irracionalismo de quienes se atrevían a penser autrement que dijese Foucault, pusieron en pie una revista de significativo título: <>, bastión de los neo-réacs, defensores de la política colonialista del Estado de Israel , de la política belicista de Bush hijo, y…firmantes de peticiones del voto para quien al poco sería presidente de la République y marido de la cantante Carla Bruni; ese machote que insultaba a los jóvenes de la banlieue al grito de racaille. 

Hace unos años, también en los ochenta, otro que tal baila, Alain Finkielkraut trató de poner orden en el cotarro cultural, clamando contra la <>, ya que según él no podía caerse en igualaciones de cualquier obra de arte con la última pijada que a uno se le ocurriese, siguiendo aquella invitación populista a dar el mismo valor a un par de botas que a las obras de Shakespeare, etc. Ahora Vargas-Llosa, y epígonos, imparten lecciones de cuál es la verdadera cultura, atacando a lo que para ellos no es más que jerga elitista que se aleja de la comprensión del pueblo…volis nolis, proclaman la necesidad imperiosa de que la cultura es del pueblo y para el pueblo(¿de qué pueblo hablan tales caballeros?), ellos que tan puestos están en la más haute culture, y para ello no evitan el recurso  a simplificaciones sin cuento, a mentiras radicales, y a lo que sea menester. Ya pueden andarse con cuidado los Dubuffet, los Duchamp, Los Malévitc, los Varese, Berio, etc. y sus experimentaciones vacuas. En el caso del escritor, sorprende que se erija en custodio de ortodoxias del pensamiento , la cultura y el arte comme il faut, teniendo en cuenta sus declarados posicionamientos derechistas y sus airadas protestas contra que en su país se leyesen sus libros “pirateados” sin pasar por su cuenta , por derechos, de autor. ¡Pobrecillo! Y es que no hay derecho, él, cuyas obras son el ejemplo de la cultura del pueblo y para el pueblo…se queda sin cobrar, mientras que los menesterosos se hinchan a leer sus tan necesarias novelas…por el morro popular.

Iñaki  URDANIBIA
N.B.: las veloces derivas aquí salpicadas es obvio que no son aplicables en exclusiva al célebre escritor; éste no sirve más que como pre-texto para subrayar las incoherencias de quienes con vastas simplificaciones ejercen de “policías del pensamiento” que dijesen Jean-François Lyotard y su colega Jacob Rogozinski.


Nos quedará algo?

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