miércoles, 24 de febrero de 2010

HO CHI MINH, RETRATO DE UNA CELEBRIDAD

...SON POCOS , PERO SON. Un homenaje desde las manos encallecidas, desde las productoras de riqueza y que otros...constituyentemente...se llevan todo

ATTE

Lomo Partido

http://www.argenpress.tv/2010/02/ho-chi-minh-retrato-de-una-celebridad_12.html

Video realizado por la Embajada de Vietnam en la República Argentina, cedido a ARGENPRESS.tv para su difusión.

Nació en Annam el 19 de mayo de 1890. Su verdadero nombre era Nguyen Tat Than, pero la clandestinidad de toda la vida le obligó utilizar apodos diferentes para escapar de la persecución policial. El nombre de Ho Chi Minh significaba El que ilumina; otras veces se hizo llamar Nguyen Ai Quoc, El patriota.

Era hijo de un médico herborista de Nghe An, enemigo del colonialismo francés, que había invadido Vietnam en 1860. Estudió en Hué y Saigón, hasta que en 1912 emigró como mozo en un paquebote francés. Fue un largo viaje de veinte meses de puerto en puerto hasta que arribó a Londres, donde trabajó en el hotel Carlton durante tres años.

De allí fue a París, donde trabajó como retocador de fotografías. Conoció a Chou En Lai, León Blum, Marcel Cachin y Longuet (sobrino de Carlos Marx), entre otros destacados dirigentes del movimiento obrero internacional. Se afilió al Partido Socialista Francés, adherido a la Internacional Comunista. Comenzó a escribir en L’Humanité, y luego fundó el periódico El Paria.
De París se trasladó a Moscú, donde participó en varios Congresos de la Internacional Comunista. Más tarde viajó a China como traductor y ayudante de Borodin, consejero del Kuomintang.

Se incorporó a la escuela militar de Huangpu, donde aprendió el arte de la guerra revolucionaria. El director era el coronel Chiang Kai Shek y el jefe del departamento político era Chou En Lai. En 1927, cuando Chaing Kai Shek traicionó a la causa revolucionaria con una enorme matanza, Ho consiguió huir y siguió en la clandestinidad organizando la revolución en Birmania, impulsando huelgas, motines y levantamientos armados en China, en Siam, y pasando de cárcel en cárcel y de tortura en tortura.

En 1930 Ho Chi Minh fundó en Hong Kong el Tanh Nien o Partido Comunista de Vietnam.
Durante la segunda guerra mundial Japón ocupó Vietnam. Ho regresó clandestinamente a su país 28 años después de su partida y luchó en la guerrilla durante cinco años.

Hacia fines de la guerra mundial funda el Vietnam Doc Lap Dong Minh Hoi (Frente para la liberación de Vietnam), más conocido por Vietminh. También crea un ejército guerrillero dirigido por Vo Nguyen Giap, uno de los generales revolucionarios más brillantes del mundo.

Concluida la guerra y derrotados los japoneses, los planes imperialistas para la región no contemplaban la independencia sino un nuevo reparto del mundo, que en el caso de Vietnam suponía que los nacionalistas chinos del Kuomintang ocuparían el norte del país, mientras los ingleses el sur. Pero los franceses querían recuperar sus dominios coloniales y volvieron a invadir el país, mientras los guerrilleros vietnamitas rechazaron a los chinos en el norte y liberaron aquella zona.

El 2 de setiembre de 1945 Ho Chi Minh lanzó su llamamiento: “Desde hace más de ochenta años la banda de colonialistas franceses, bajo los tres colores que simbolizan la libertad, la igualdad y la fraternidad, ha ocupado nuestro territorio y oprimido nuestro pueblo. [...] Los franceses no nos han dado ninguna libertad política, han instituido una legislación bárbara, han creado más prisiones que escuelas, han ahogado en sangre todas nuestras revueltas, han pisoteado la opinión y utilizado la sangre y el alcohol para embrutecer a nuestro pueblo”.

El Vietminh organizó la insurrección general, logró la independencia nacional y fundó la República Democrática de Vietnam.

Al retornar los colonialistas franceses se desató una nueva y cruenta lucha del pueblo vietnamita que se prolongó nueve años. Francia, cuando comenzó a perder la guerra, pidió y obtuvo el apoyo norteamericano. En 1954 los franceses son derrotados en la batalla decisiva de Dien Bien Phu. Dieciocho millones de compatriotas saludaron a quien había abierto la brecha de la liberación social y nacional. Ya era para todo el pueblo el tío Ho.

A la guerra contra Francia sucedió la guerra contra Estados Unidos, por lo que los vietnamitas derrotaron sucesivamente a tres de las potencias imperiales más poderosas: Francia, Japón y Estados Unidos. Estos no escatimaron medios de destrucción masiva y bombardearon cruelmente Vietnam del Norte: “Derrotados los yanquis -diría Ho- construiremos una patria diez veces más hermosa. Nuestro país tendrá el señalado honor de ser una pequeña nación que, a través de una lucha heroica, ha derrotado a dos grandes imperialismos- el francés y el norteamericano- e hizo una digna contribución al movimiento de liberación nacional”.

Nunca mostró inquietud por la desproporción de fuerzas. Como revolucionario sabía que un ejército popular es superior al mejor ejército moderno. Desde el principio de la intervención declaró que los Estados Unidos no serían capaces de soportar una guerra popular prolongada: “En la lucha patriótica contra la agresión norteamericana, en realidad tendremos que soportar más dificultades y sacrificios, pero estamos seguros de que obtendremos la victoria total”.

Sus palabras se cumplieron, aunque Vietnam soportó años de atrocidades contra su población. El territorio fue convertido en campo de criminales bombardeos contra la población indefensa. Muchas décadas después de la humillante retirada de Estados Unidos de Vietnam el 30 de abril de 1975, el país aún sufre las secuelas de la agresión. Desde 1961 hasta 1973, el Pentágono arrojó sobre Vietnam y el vecino Laos más de siete millones de toneladas de bombas y 100.000 toneladas de sustancias químicas tóxicas. Sobre Vietnam se descargaron más bombas que las arrojadas durante la segunda guerra mundial. En la guerra murieron cinco millones de vietnamitas y 58.000 estadounidenses. Millones de personas padecieron y todavía padecen los efectos del agente naranja, un potente defoliante que tenía como objetivo arrasar por completo la jungla del país para aislar a los guerrilleros. Washington lanzó sobre un cuarto del territorio del país unos 80 millones de litros de defoliante y napalm.

Ho Chi Minh murió en Hanoi, el 2 de setiembre de 1969. En su testamento dejó escrito: “Durante toda mi vida, he servido con todas mis fuerzas y con todo mi corazón a la Patria, a la Revolución y al Pueblo. Ahora, si debo partir de este mundo, no hay nada que sienta más que no poder servirlos más tiempo”. El proceso liberador continuó. Cuando seis años después de su muerte, los patriotas del Vietcong terminaron de derrotar y expulsar a los invasores norteamericanos, los tanques llevaban una pancarta: “Siempre marchas con nosotros, Tío Ho”.

martes, 16 de febrero de 2010

Discurso de un veterano de guerra norteamericano, Mike Prysner, y sus sentimientos acerca de la guerra.

OJALA ALCANCEN AVER ESTE VIDEO ANTES DE QUE LO QUITEN !!
Asunto: Discurso de un veterano de guerra de los USA...

VER ESTE VIDEO ANTES DE QUE LO ELIMINEN DE YOUTUBE
Discurso de un veterano de guerra norteamericano, Mike Prysner, y sus sentimientos acerca de la guerra. Seria maravilloso si pudieramos difundirlo rapido, antes de que lo saquen

http://www.youtube.com/watch?v=9kWU-JHetMM&feature=player_embedded

jueves, 11 de febrero de 2010

RE.: EL SICARIO DE STALIN QUE TENIA PERROS


A proposito de los comentarios del profesor Fernando Tuesta Soldevilla en su blog: http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta/los-galgos-de-lev-davidovich  que señala desde otra optica el mismo libro y por lo dicho: con otras conclusiones.

Los Editores
El sicario de Stalin que tenía perrosDaniel Raventós · · · · ·

31/01/10

Métete esto en la cabeza de una puta vez: tú no piensas, solo obedeces; tú no actúas, solo ejecutas; tú no decides, solo cumples; tú vas a ser mi mano en el cuello de este hijo de puta, y mi voz va a ser la del camarada Stalin, y Stalin piensa por todos nosotros… (p. 341)

Él ve a Rakovsky, hermano querido, quien, principesco, había ofrecido al movimiento revolucionario su enorme fortuna. Ve a Smirnov, brillante y alegre; a Murálov, el general de enormes mostachos, héroe del Ejército Rojo… Ve a sus hijos Nina, Zina, Liova, a sus queridos Blumkin, Yoffe, Tujachevsky, Andreu Nin, Klement, Wolf. Todos muertos. Todos. L.D. está solo… (p. 361)

Las profecías de Trostky acabaron cumpliéndose y la fábula futurista e imaginativa de Orwell en 1984 terminó convirtiéndose en una novela descarnadamente realista. Y nosotros sin saber nada… ¿O es que no queríamos saber? (p. 488)

La editorial Tusquets publicó en septiembre de 2009 la novela del cubano Leonardo Padura El hombre que amaba a los perros. Se trata de un largo libro de 573 páginas de apretada letra. Padura era hasta ahora conocido principalmente por sus relatos cuyo protagonista es el policía cubano Mario Conde. Este libro es sin duda su obra más ambiciosa.

Los protagonistas principales de El hombre que amaba a los perros son el dirigente de la revolución rusa León Trotski y el sicario estalinista Ramón Mercader, nacido en Barcelona y militante del PSUC. Ramón Mercader, por orden de Stalin, asesinó a Trotski en la calle Viena del barrio de Coyoacán en Ciudad de México el 21 de agosto de 1940, pronto hará 70 años. Otros personajes importantes en el libro, además de la compañera del exilado, Natalia Sedova, son la madre del sicario, Caridad Mercader, y su amante, un altísimo cargo de los servicios secretos estalinistas, Nahum Eitingon, que elige a un Ramón Mercader muy joven para convertirlo en un asesino al servicio de Stalin. En la novela no sale en ningún momento el verdadero nombre de Eitingon y sí muchos de los falsos que utilizó: Kotov y Tom, entre otros.

Para escribir este libro Leonardo Padura ha afirmado que se documentó a fondo durante cinco años. Y el resultado es muy serio. En realidad, en El hombre que amaba a los perros hay tres novelas. Una está dedicada a los últimos años de la vida del revolucionario Lev Davidovich Bronstein (que ya de muy joven tomó el seudónimo de Trotski de un vigilante en jefe de una prisión zarista en la que estuvo preso en los inicios de su actividad política) desde su deportación a Alma Atá hasta su asesinato. Se trata de un período de 12 años, 1928-1940. La segunda y más larga, cuenta la vida de Ramón Mercader desde que tenía 22 años (nació en 1914) cuando es reclutado por Eitingon ("Kotov") cuando ya Stalin había decidido acabar con la vida del creador del Ejército Rojo, hasta su muerte. Esta parte abarca de 1936 a 1978. Y la tercera, que tiene como principal protagonista a Iván, un escritor cubano fracasado, es una parte que se desarrolla en La Habana y que sirve para enlazar, con mayor o menor fortuna, las dos anteriores. Es la parte, con mucho, menos conseguida.

La historia es conocida. La guerra civil del acabado de nacer país de los soviets contra las fuerzas blancas monárquicas en coalición con los países más poderosos del momento –que incluye el Reino Unido, Japón, Alemania, Francia, EEUU− ha concluido. Decenas de miles de cuadros y militantes comunistas han quedado en el campo de batalla o muertos por las enfermedades que asolan el territorio soviético. Las tierras de la revolución sufren hambre. Lenin muere el 21 de enero de 1924 impedido físicamente ya desde algunos meses atrás de poder trabajar. Quiere llevar la batalla para apartar a Stalin de la secretaría general como deja expresado en uno de sus últimos documentos escritos, pero muere antes de poder hacerlo. Crece una burocracia privilegiada que elimina en pocos años el menor vestigio de democracia soviética y de cualquier otro tipo. Stalin, buen canalizador y muñidor de los intereses de esta floreciente nueva capa social, se erige como amo absoluto del PCUS y de toda la URSS. Dos datos sobre la burocracia cada vez más privilegiada que crece sin freno y que es la principal base social que explica el triunfo de Stalin. El primero: en 1923 el partido bolchevique tiene 370.000 afiliados de los cuales solamente 35.000 son obreros, las dos terceras partes de la afiliación son asalariados del partido, el ejército (aunque Trotski es el jefe formal del mismo y goza de gran prestigio entre los veteranos de la guerra civil, Stalin ya ha colocado a sus fieles en los puestos clave para minar su autoridad), los sindicatos, los organismos estatales… El segundo: ya a finales de 1926, un militante a sueldo del partido del nivel más bajo gana entre 5 y 6 veces más que el salario medio obrero. Pero en 1927 ni aún el propio Stalin se atreve a asesinar a Trotski pues solamente han pasado 10 años de la revolución rusa y el papel protagonista en la misma del excomisario de la guerra está todavía demasiado presente entre la población de la URSS, los cuadros del partido y el movimiento comunista internacional (Trotski había sido junto con Lenin el dirigente más conocido doméstica e internacionalmente durante los primeros años de la Tercera Internacional; en todo el mundo el partido bolchevique es conocido aún por el partido de Lenin y Trotski). Con los preparativos de la Segunda Guerra Mundial, estos reparos ya no existen y el todopoderoso secretario general decide hacer los preparativos para asesinarlo. Trotski puede ser un auténtico problema cuando se inicie la guerra… o cuando acabe (1). Ramón Mercader representa una de las líneas posibles para liquidar al exilado, puesto que los servicios secretos preparan diferentes planes de asesinato y completamente independientes entre sí. Para convertirlo en posible asesino de Trotski, Ramón Mercader es enviado a la URSS y entrenado para tal fin siempre bien vigilado por el hombre al que Stalin le dio la orden directamente, Nahum Eitingon, omnipresente en la novela de Padura. Posteriormente, el esbirro se traslada a París y en 1938 conoce –en realidad, también el encuentro está preparado por la NKVD, las siglas en ruso del comisariado de asuntos internos, la sucesora de la GPU– a la estadounidense Sylvia Ageloff, una partidaria de Trotski (2), con la que logrará intimar y tener una relación supuestamente amorosa. Así va introduciéndose en el círculo más reservado del exilado hasta que puede lograr una cita para permanecer a solas con él en la habitación en donde acostumbraba a trabajar el revolucionario. Como es conocido, Mercader, entonces camuflado con el falso nombre de Jacques Mornard y representando el papel de un apolítico hombre de negocios belga, le atizó un mortífero golpe en la cabeza con un piolet, esta pieza imprescindible para toda persona que practique la alta montaña. No le produjo instantáneamente la muerte, pero sí unas horas después.

Esta rápida enumeración de algunos de los hechos más importantes que novela Padura en El hombre que amaba a los perros está bien desarrollada, pero con una tersura un tanto desigual.

Me parecen especialmente sobresaliente los fragmentos del libro que desarrollan los episodios sobre la transformación en algún edificio de la NKVD en la URSS del joven Ramón Mercader en Jacques Mornard (el frío asesinato de un pobre vagabundo acusado de "perro trotskista" es memorable); la forma de describir lo que realmente preocupaba a la burocracia estalinista del alzamiento fascista contra la II República española: que no pudiera convertirse en una revolución (3); la conversión de los partidos comunistas en simples peones de la diplomacia de la URSS, siendo uno de los campeones de ello el PCE con su servilismo (Dolores Ibárruri queda retratada en algunas páginas dedicadas a la guerra civil y al posterior regreso del asesino de Trotski a la URSS) a los dictados de Stalin y sus recaderos; los momentos en que se cuenta el secuestro del dirigente catalán del POUM Andreu Nin y el criminal montaje para el exterminio de este partido; el modo de describir el cinismo de tantos dirigentes de la época de Stalin, ejemplarizados en la novela por el implacable Nahum Eitingon (4); la dedicación próvida de algunos secretarios de Trotski, entre ellos el que lo fue de 1932 a 1939, Jean Van Heijenoort, posteriormente un destacadísimo lógico matemático que enseñó en las universidades de Columbia y Stanford; el drama increíble que supuso para Trotski tener que sobrevivir a la muerte de sus 4 hijos: Nina y Zinaida, las hijas también de Aleksandra Sokolovskaya, y los dos varones que tuvo con Natalia Sedova (el mayor, Liova, asesinado en París por un agente de Stalin infiltrado en los círculos trotskistas y que se había ganado la confianza de la propia víctima, era la mano derecha política de su padre; el menor, Serguei, no interesado en la política, murió (5) en uno de los escalofriantes campos de trabajo forzado de la URSS); las caracterizaciones de dos pintores mexicanos: la del cobarde Siqueiros y la del inconsistente y poco fiable Diego Rivera; la descripción de los momentos en que todo el mundo se convirtió en un "planeta sin visado", en que derechistas, socialdemócratas (fabulosas las páginas dedicadas al tornadizo Trygve Lie cuando Trotski está semipreso en Noruega en 1936, entonces jefe de los socialdemócratas noruegos y después secretario general de la ONU entre 1946 y 1952), fascistas, monárquicos y, por supuesto, estalinistas, se vengan del que ven como odioso causante del triunfo revolucionario en 1917, hasta que Lázaro Cárdenas lo acoge en México; el ambiente claustrofóbico en la fortaleza de Coyoacán, y los momentos del asesinato, con el drama político objetivo que supone el hecho de que Trotski (que no perdió la conciencia hasta horas después del golpe asestado por el sicario barcelonés de Stalin) exhorte a sus guardias que han venido a socorrerlo para que averigüen a quién sirve el asesino, si a la Gestapo o a la NKVD (6). En todo caso, Trotski ya sabía que su fin era cuestión de poco tiempo y lo dejó más de una vez escrito, convencimiento que también está muy correctamente desarrollado en El hombre que amaba a los perros.

Pero quizás uno de los momentos de la novela que resulta especialmente imponente por su gran significado político y por la forma en que está contado es al que voy a dedicarle algunas líneas a continuación.

Se trata de un episodio bien conocido por los historiadores y biógrafos de Trotski. El protagonista es Nikolai Bujarin, uno de los más brillantes dirigentes bolcheviques, elegido en 1926 secretario general de la Tercera Internacional y sombra tenue de lo que fue cuando se convierte en aliado, y después víctima, de Stalin. Estamos a comienzos de 1936 y en Noruega, Trotski recibe una carta de un viejo adversario Fiódor Dan, un menchevique exiliado en París con el que había tenido grandes enfrentamientos durante los días que van de la revolución de Febrero a la de Octubre de 1917. Dan le expresa su extrañeza de que Bujarin haya sido enviado a Europa para comprar documentos con destino al Instituto Marx-Engels-Lenin. El menchevique enunciaba su asombro por el hecho de que Stalin hubiera elegido a Bujarin para este menester. Estupefacción que se acrecentó cuando también fue enviada pocos días después a París Anna Larina, la esposa de Bujarin. ¿Estaba Stalin invitando a Bujarin a desertar? Pocos días después, Bujarin recibe la orden escrita de Stalin de regresar a Moscú. Sabe que regresar equivale a morir en más o menos poco tiempo (efectivamente, Bujarin fue condenado y ejecutado tan solo dos años después, en marzo de 1938, en uno de los depravados procesos de Moscú). Conocidos y exilados le sugieren que si se queda en Europa podría convertirse en un segundo Trotski y liderar juntos una oposición con mayores oportunidades de desbancar a Stalin. Pero Bujarin prepara el regreso a Moscú, sigue contando Dan en la carta. Entonces le preguntan que cómo es posible que después de haber luchado contra el temible zarismo, se encaminase ahora como un cordero mansamente al degüello. La respuesta de Bujarin es terrible: "vuelvo por miedo". Bujarin se sinceró: él no estaba hecho de la misma madera que Trotski y "eso Stalin lo sabía y, sobre todo, lo sabía él mismo". Idea que, con otras palabras, expresa en su propio proceso cuando declara: "Hay que ser Trotski para no deponer las armas". "Vuelvo por miedo" Bujarin lo razona, en la carta de Dan, con estas escalofriantes palabras: "Sé que tarde o temprano Stalin va a acabar conmigo; quizás me mate, quizás no. Pero voy a regresar para aferrarme a la posibilidad de que no crea necesario matarme. Prefiero vivir con esa esperanza que con el miedo constante de saber que estoy condenado." Para Trotski esta revelación fue la certeza de que Stalin ya no quería dejar ningún superviviente entre los dirigentes de la revolución, por útiles que le hubieran sido en algún momento, como fue el caso de Bujarin entre tantos otros. Efectivamente, el ¡90 por ciento! del mítico Comité Central bolchevique que protagonizó la revolución de 1917 fue exterminado físicamente por Stalin.

El conde Czernin, representante austríaco en las negociaciones de Brest-Litovsk en 1918, harto de la inteligencia e inflexibilidad de Trotski como comisario del pueblo de asuntos exteriores y jefe de la delegación soviética, expresó más de una vez su deseo ardiente de que apareciera una Charlotte Corday que eliminara al jefe revolucionario. Stalin hizo realidad con Ramón Mercader el sueño del reaccionario conde aunque éste ya no estuviera vivo para poderlo disfrutar.

El libro del novelista cubano aún no se ha publicado en Cuba. Está previsto que circule en aquel país en breve. Padura no está muy seguro de cuáles puedan ser las reacciones. Ramón Mercader, el hombre que según Leonardo Padura "amaba a los perros" especialmente a la raza de los borzoi, murió el 18 de octubre de 1978 en La Habana, después de haber pasado 20 años en las cárceles mexicanas y de haber recibido, en 1961 al regresar a Moscú, la medalla de mayor distinción en la URSS desde 1934 a 1991: la estrella de Héroe de la Unión Soviética.

Notas: (1) Un año antes del asesinato de Trotski, el 25 de agosto de 1939, el embajador francés en Berlín, Robert Coulondre, intenta disuadir a Hitler de que no invada Polonia. La guerra, como lo fue la de 1914, puede ser el preámbulo de la revolución y ello encoge algunos espíritus. La forma de expresarlo del embajador francés ante Hitler es: "Temo que al término de una guerra no haya más que un vencedor: el señor Trotski." (2) Increíblemente representada por Romy Schneider en la nada afortunada película de Joseph Losey El asesinato de Trotski (1972), en donde el papel de Trotski lo desempeña Richard Burton. Romy Schneider era una actriz sumamente guapa, Sylvia Ageloff era una mujer muy poco agraciada. Ramón Mercader, quizás adecuadamente representado por Alain Delon en la película mencionada, era un hombre físicamente atractivo. Mercader siempre que tuvo que carearse, después del asesinato, con Ageloff debió soportar que ésta invariablemente le escupiese en la cara para mostrarle el desprecio que le producía por la sucia y bellaca manipulación de la que había sido objeto. (3) El 20 de marzo de 1937 Stalin escribe a Rafael Alberti y María Teresa León: "Hay que decir al pueblo y al mundo entero que el pueblo español no está en condiciones de realizar la revolución proletaria" (citado por Jean-Jacques Marie en Trotski, FCE, 2009). (4) Que, como tantos otros estalinistas, también sufrió tortura y cárcel en la URSS, pero la muerte de Stalin en 1953 motivó su excarcelación. Vivió hasta 1981. Una genial y estremecedora descripción del terror estalinista que no solamente afectaba a auténticos trotskistas sino a estalinistas de más o menos luces, escrita por alguien que lo sufrió también directamente, es El caso Tuláyev de Víctor Serge (Alfaguara, 2007). (5) Padura menciona en varias ocasiones el recuerdo que tuvo Trotski, a medida que iban muriendo sus hijos, sus familiares más cercanos, sus colaboradores y miles de partidarios reales o imaginados por Stalin, de las palabras que el veterano bolchevique Georgy Piatakov lanzó, después de una sesión del Politburó del 18 de octubre de 1926: "¿Por qué Lev Davidovich ha dicho eso? Stalin no se lo perdonará ni a sus bisnietos". Piatakov se refería a las premonitorias palabras de Trotski en dicha sesión del Politburó en donde había acusado a Stalin de "sepulturero de la revolución". (6) El judío Trotski fue calumniado ininterrumpidamente por todo el poderoso aparato estalinista de ser agente al servicio de Hitler… hasta que se selló el pacto Molotov-Ribbentrop el 23 de agosto de 1939. Entonces las calumnias tuvieron que reencauzarse.


Daniel Raventós es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de SINPERMISO y presidente de la Red Renta Básica. Su último libro es Las condiciones materiales de la libertad (Ed. El Viejo Topo, 2007).

martes, 9 de febrero de 2010

Nuevo experimento NEOLIBERAL

Lo que de verdad hay detrás de la crisis económica en Grecia, y qué enseña políticamente sobre la actual Unión Europea
Costas Douzinas

Grecia se está convirtiendo en un experimento para la nueva fase de la
corrección de curso que el neoliberalismo se propone realizar aprovechando la estela de la crisis económica y financiera.
Paul Bremer, el primer virrey norteamericano, impuso a un estragado Irak políticas económicas que el Economist calificó como un régimen "de capitalismo de ensueño". Difícilmente se halla una locución mejor para describir las medidas del plan de "estabilidad" sometidas por Grecia a la apobación de la Comisión Europea, y aprobadas ayer. El plan contempla una reducción del déficit presupuestario griego, que pasaría del actual 12,7% del PIB al 2,8% en 2012, prometiendo, además, inmediatamente, un recorte del 10% en el presupuesto ministerial, una congelación de las contrataciones de funcionarios públicos, la abolición de distintos impuestos directos y un incremento de la fiscalidad indirecta. Y por si eso no bastara, el primer ministro socialista George Papandreu anunció ayer, en un dramático discurso televisado a la nación, ulteriores medidas de austeridad sin precedentes, entre ellas, el aumento inmediato de los impuestos a los carburantes, el aumento de la edad de jubilación y recortes en la remuneración de los empleados públicos que significarán una disminución del 10% del salario para la mayoría de funcionarios del Estado, y del 40% en el caso de los académicos. Como en Gran Bretaña, las universidades reciben el primer golpe; la tan cacareada "economía del conocimiento" no es óbice para considerarlas un lujo de todo punto secundario.

Y todo eso va a ponerse por obra en el país más pobre de la vieja Europa, que cuenta con un desempleo juvenil del 25%, con un crecimiento estancado y con sus tradicionales sectores de la industria naviera, el turismo y la construcción sometidos a una indecible presión. Esas medidas cerrarán el círculo vicioso de creciente desempleo, menguantes ingresos fiscales y políticas económicas sometidas al capricho de la especulación en los mercados financieros. Empujarán a un país que se halla ya en profunda recesión al abismo de una depresión duradera y sin salida.

"Grecia se halla en el ojo del huracán de una tormenta especulativa", lamentó Papandreu en su comparecencia televisiva. Se estaba refiriendo a la degradación de la calificación del crédito griego por parte de tres empresas privadas de valoración de riesgos –ninguna de las cuales está sometida a control o supervisión algunos— y a la consiguiente especulación en los mercados en torno a la deuda pública griega destinada a financiar el déficit, especulación que elevó los tipos del empréstito soberano griego un 4% por encima de la línea de base. Se trata de una repetición intensificada del ataque que lanzó Soros contra la moneda británica en 1992 (que llevó al Reino Unido a su humillante salida del Mecanismo Europeo de Cambio) y del ataque de los especuladores a la banca británica en 2008. Y es índice capital de una desdichada situación galanamente aceptada por la Unión Europea y los gobiernos: un puñado de megacapitalistas fondos de cobertura hedge, que ya se han cargado con esa práctica a grandes bancos, apuesta ahora a la bancarrota de un país en la esperanza de que la propia apuesta ayude a cumplir la profecía y les permita ganar posiciones de ventaja en la venta cortoplacista.

No cabe la menor duda de que tanto Papandreu como Karamanlis, las dinastías políticas dominantes en la Grecia de posguerra, se han servido del empleo en el sector público y del mecenazgo para beneficio político propio, contribuyendo a aumentar monstruosamente el volumen de la deuda. No cabe la menor duda de que una substanciosa evasión fiscal, la corrupción y el clientelismo han contribuido significativamente a las actuales cuitas. Pero el remedio es mucho peor que la enfermedad, y será costeado, como siempre, por las usuales víctimas: trabajadores asalariados, grupos de bajos ingresos, campesinos con cultivos de subsistencia y desempleados.

En un horizonte más amplio, Grecia se está convirtiendo en un experimento para la nueva fase de la corrección de curso que el neoliberalismo se propone realizar en la estela de la crisis económica y financiera. Las medidas fiscales e impositivas de "estabilidad" vienen a continuar un conjunto de dogmas económicos milagreros que, aun si quebrados en 2008, siguen dominando el mundo mental de los dirigentes políticos europeos. La magia negra de la privatización, la desregulación y la financiarización ha sido teóricamente rechazada por muchos fieles de la primera hora, pero todavía impera en los ambientes de unas cuantas escuelas de negocios de elite y en la Comisión Europea. Obama lanzó el año pasado un estímulo fiscal de 787 mil millones de dólares, que incluían recortes fiscales, expansión de la cobertura del desempleo e incremento del gasto en educación, sanidad, infraestructuras y sector energético; la europea Grecia se ve condenada a la inanición fiscal. La deuda pública de Japón representa el 225% de su PIB, y se financia mediante empréstito interno, dejando sólo el 6% en manos extranjeras; Grecia se ve condenada a tomar préstamo en mercados extranjeros, sirviendo unos intereses que sólo pueden calificarse como usureros. El comisario económico Joaquín Almunia fue cínicamente claro respecto del propósito del plan de "estabilidad" al decir que Grecia necesita "más reformas en las pensiones, en la sanidad y en el mercado de trabajo". Es un desvergonzado intento de aprovechar un problema relativamente pequeño de deuda, a fin de alterar radicalmente los equilibrios de clase y la relación Estado/sociedad en un país conocido por su militancia sindical y la fortaleza de su izquierda radical.

La legitimidad de la Unión Europa se funda en principios de justicia social y de solidaridad. Joseph Stiglitz ha recordado a los europeos esas tradiciones en unas unas páginasrecientes, llamando a una emisión de bonos en euros para salvar a Grecia y a otras economías endeudadas. Un paliativo inmediato así haría las veces de un trágico deus ex machina; lo que pasa es que el fantasma neoliberal ha expulsado a dios de la máquina.

Todavía hay un aspecto más preocupante en estos acontecimientos catastróficos. Papandreu resultó elegido hace cuatro meses sobre la base de un programa de redistribución y justicia social. Ahora acaba de aceptar un programa que es exactamente lo contrario. Y eso constituye un ataque radical a la política, y la mejor expresión del odio neoliberal a la democracia. El comisario Almunia aconsejó a los políticos y a la opinión pública de Grecia aceptar las medidas propuestas añadiendo una apenas disimulada amenaza reveladora de la asombrosa idolatrización de los mercados y la fingida naturaleza de la impotencia regulatoria. Pues lo cierto es que los mercados podrían especular con éxito contra los bonos griegos, llevando a cotas insostenibles el costo de los empréstitos, sólo porque la UE ha fijado un irrealista límite del 3% para el déficit presupuestario. El resultado es que la UE empuja a Grecia desde un extremo y el mercado, desde el otro. Es una tormenta perfecta, pero movida por mano humana. Los políticos y los eurócratas han aceptado el papel de jugadores de poca monta en una economía de casino que se declara por encima de los procesos políticos.

La violenta pauperización de las masas, la rampante privatización de los servicios públicos a través de la reducción radical del sector estatal, así como la creciente dependencia de los mercados exteriores en el servicio de la deuda, equivale a una pérdida de soberanía tal, que admite comparación con la de un Estado sometido a ocupación extranjera, y trae consigo una amplia reestructuración de los activos nacionales a favor del capital y una grave crisis de legitimación europea.

Los griegos son un pueblo orgulloso. Han sido masivamente sometidos al bombardeo de los medios de comunicación, del gobierno y de académicos adocenadamente sumisos, a fin de hacerles creer culpables de los fallos de un sistema al que nadie ha votado. En Gran Bretaña estamos ya muy acostumbrados a la retórica del TINA ["No-Hay-Alternativa", por sus siglas en inglés; T.]; pero también sabemos que siempre hay una alternativa. La situación por la que atraviesan los griegos les coloca en primera línea de un ataque en toda regla a los principios europeos de democracia, justicia social y solidaridad, principios que, aunque nunca dejaron de ser un poco retóricos, hoy se hallan quebrados por doquiera. Idealmente, lo que el gobierno griego debería hacer es olvidarse de la falsa ortodoxia que convierte a Grecia en una nación tan poco soberana como Irak y llamar a un frente nacional de resistencia frente al bárbaro ataque. Una iniciativa así movilizaría el orgullo y el sentimiento de injusticia de la nación. Apartaría al nacionalismo griego de su patológica evolución reciente hacia el extremismo derechista y xenofóbico y lo acercaría más a la tradición helénica, que es la de la defensa de la democracia. Islandia convocó un referéndum para decidir sobre la devolución de su deuda; lo mismo debería hacer Grecia.

Pero no es probable, porque el partido gobernante está demasiado comprometido con el viejo clientelismo y el neoliberalismo. La falta de una reacción encabezada por el gobierno aumenta los desafíos para la izquierda griega, una de las más fuertes de Europa. La izquierda tiene la responsabilidad histórica de movilizar a la opinión pública griega contra este tsunami de idiocia e injusticia antidemocráticas. Los griegos han demostrado que saben cómo resistir, desde Antígona hasta la Atenas de diciembre de 2008. Los campesinos ya han bloqueado varias rutas en dirección norte y Bulgaria, obligando a Barroso a amenazar con acciones legales. Se han convocado para el próximo mes huelgas de funcionarios públicos y una huelga general.

La izquierda debe ser capaz, además, de movilizar a la opinión pública europea. Si el ataque a las comunidades mineras y a la NUM [Unión Nacional de Mineros, por sus siglas en inglés; T.] resultó en Gran Bretaña emblemático del primer neoliberalismo, el ataque a Grecia representa el comienzo de su segunda fase. Si Grecia cae, no ofrece duda que los mercados pasarán a atacar a España, Portugal, Italia y Gran Bretaña, y la Comisión Europea vestida con la toga de un coro trágico y lavándose las manos como Poncio Pilatos. Lo que está en juego es el futuro de la democracia y de la Europa social; los griegos deben luchar por todos nosotros.

Costas Douzinas es profesor de ciencias sociales en la Universidad de Birmingham en el Reino Unido.

Pedro Francke Ballvé


08 Feb 2010
Empieza a calentar el debate electoral. Avanzamos una propuesta de medidas urgentes que podría tener el discurso que el 28 de julio del 2011 debe dar a la Nación el nuevo Presidente electo.
LUCHA SIN CUARTEL CONTRA LA CORRUPCION
Lo justo es que no haya ni un corrupto suelto; y que Fujimori pierda cualquier esperanza de indulto. Ni una coima sin castigar. Ni un sinvergüenza reuniéndose con el Presidente, los ministros o altos funcionarios, que tienen su agenda publicada. Que se abra una línea telefónica gratuita y una oficina para recibir denuncias de la ciudadanía e investigarlas, y quienes denuncian corrupción verán sus empleos y contratos con el estado protegidos.
EDUCACION, PRIORIDAD PRESIDENCIAL
Lo justo es duplicar el presupuesto para educación en 3 años; que las trasnacionales mineras, bancos y millonarios paguen sus impuestos. Que todos los colegios de un turno, abren por la tarde para actividades adicionales y repaso, y en verano, los colegios también atienden. Que los maestros tengan por eso un mejor sueldo y los mejores estudiantes y profesores sean becados a la universidad. Que haya un programa especial para asegurar buenas bibliotecas y se recupere la educación técnica y agropecuaria.
CRECIMIENTO ECONÓMICO: VALE EL DE LAS MAYORIAS
Lo justo es que la gente gane más, no que las grandes empresas ganen más. El crecimiento económico que buscamos es el de la agricultura y las pequeñas empresas, el de las regiones y provincias del interior, donde trabajan la mayoría de peruanos. Queremos más empleos, pero de los buenos, y para eso el turismo, la industria y los servicios deben ser promovidos para los peruanos, y la buena minería tener un lugar. Los trabajadores deben tener sus derechos, sus sindicatos y pliegos de reclamos, sin services abusivas ni terciarizaciones tramposas, para poder mejorar sus salarios y condiciones de trabajo.
AMBIENTE, SALUD Y AGUA
Lo justo es que mantener un ambiente sano sea una prioridad. Ambiente sano para nosotros y para los otros, para los humanos y para la vida. La educación debe enseñar también a cuidar el ambiente. El amarre corrupto entre trasnacionales mineras y petroleras y el gobierno debe terminar. Debemos defender nuestra agua, y por ello junto a las represas y obras necesarias, tenemos que cuidar los bosques y cabeceras de cuenca donde se produce el agua. Nuestra biodiversidad, en vez de ser maltratada, debe ser la base de nuestro progreso económico a futuro.
DERECHOS PARA LOS INDIGENAS Y CAMPESINOS.
Lo justo es que los indígenas y campesinos sean consultados, y deban dar su consentimiento, antes de que se extraigan los minerales, el petróleo, la madera o el agua de sus territorios. Que se apoye su organización y que se les permita promover su propio desarrollo. Todo el país tiene que transformarse para acogerlos; el quechua, aymara e idioma nativos deben ser parte de la enseñanza en las regiones donde tienen vida, y deben ser respetados por los jueces, los médicos, los burócratas, el Congreso, las regiones y municipios, y el propio Presidente de la República.
PRODUCIENDO TECNOLOGIA PROPIA
Lo justo es entender que no hay progreso sin avance tecnológico propio y no hay soberanía sin conocer nuestra geografía y nuestras raíces. Para eso se necesita investigación e innovación, y las Universidades deben volcarse a eso. Conocer nuestra biodiversidad y su aprovechamiento debe ser una prioridad, y para eso hay que cooperar con países vecinos amazónicos y andinos, en especial Brasil.
TRANSPORTE Y SEGURIDAD PARA VIVIR BIEN EN LAS CIUDADES
Lo justo es que los limeños y citadinos en general, no tengan que perder dos horas cada día para ir y volver del trabajo, además en condiciones inseguras. El transporte urbano e interprovincial tiene que ser ordenado. Necesitamos trenes rápidos y corredores segregados, buses más grandes y revisiones técnicas estrictas. Una policía que mantenga el orden sin coimas, que se limpie internamente y actúe con inteligencia y utilizando las tecnologías modernas, al mismo tiempo que trabaja en estrecha colaboración con las municipalidades y juntas vecinales.
MAS DEMOCRACIA
Lo justo es que el gobierno deje de ser una argolla corrupta amarrada con los grandes poderes económicos. Que el Presidente y sus ministros atiendan en las regiones. Que las municipalidades y gobiernos regionales tengan autonomia verdadera y refuercen sus capacidades. Que el Congreso abra sus puertas a los peruanos. Que los lobbies sean barridos del mapa. Que los medios de comunicación dejen de estar dominados por sinvergüenzas banales.
Que tengamos una Constitución aprobada democráticamente, conteniendo lo básico: que los peruanas y peruanas tenemos derechos fundamentales, las reglas políticas favorecen la democracia y la soberanía nacional se defiende. Ocho medidas. No proponemos demasiado: sólo se trata de lo justo.
Publicado en Coordinadora Nacional de Radio el 06/02/2010

El APRA: Aliado antiobrero

Señal de Alerta
Cartavio: oprobiosos silencios que acusan
por Herbert Mujica Rojas*

10-2-2010

Sin la menor hesitación, el recio líder que fue Manuel Arévalo, habría apostrofado a los dirigentes oficialistas del Apra de La Libertad y a los de Lima, por su actitud pro-patronal, complaciente, cómplice, traidora con respecto a los justos e irrenunciables derechos de los trabajadores de la empresa Gloria S.A. en Cartavio. La historia de las luchas pasadas, el sacrificio y sed de justicia, la fraternidad de los pobres y desposeídos, son hoy por hoy y para estos líderes de juguete, asunto anacrónico, recuerdo que no hay que mencionar y la claudicación muestra sus orejas proditoras sin ambages.

El trabajador Arévalo había llegado en representación de los cañeros, hombres y mujeres de La Libertad al Congreso Constituyente de 1931, padeció prisiones, deportación y fue de esos a quienes “había que desaparecer” tal como ocurrió el trágico 15 de febrero de 1937 en Cerro Colorado al norte de Lima. Con sus claros ojos frente al mar, como alguna vez dijera Manuel Seoane en discurso inolvidable en el viejo Estadio Nacional un 22 de febrero de 1946, Arévalo pagó caro su osadía de haber militado en un partido de trabajadores y por los trabajadores. Fue torturado cruelmente y asesinado.

En uno de los principales salones de Cartavio hay un cuadro con el retrato de Arévalo. Su mirada serena de horizonte combativo está allí a pesar de la desvinculación inverosímil del oficialismo aprista con los trabajadores. ¿Hay alguna expresión institucional de apoyo irrestricto y solidaridad con las clases oprimidas por parte del Comité Departamental que “lidera” Carlos Martínez Polo? No, es la respuesta y ese oprobioso silencio confirma la sinuosidad pro-patronal.
¿Es privativo de Martínez Polo esta mudez en su locuacidad acostumbrada? No parece ser así. Lo que sí es obvio es que aquél sigue órdenes y las cumple con obediencia sin chistar y en inadvertencia flagrante de todo un catecismo y décadas de historia y evidente trabazón militante.

Días atrás, en amabilísima entrevista en un diario limeño Armando Villanueva del Campo habló in extenso sobre la CTP y su imposibilidad de señalar delegados al próximo cónclave partidario de marzo. ¡Ni por casualidad emitió palabra en torno a la controversia entre Gloria S.A. y los obreros en Cartavio! La coincidencia no es una casualidad.

Más aún: ¿alguien de la plana oficialista del Apra, desde secretario general hacia abajo, ha dicho “esta boca es mía”? De ninguna manera. Ciertamente el jefe de Estado, tan ocupado en mil asuntos, no tiene un segundo para lo que ocurre en Cartavio. El designio soterrado, no escrito pero cumplido al pie de la letra es atender a la patronal Gloria S.A. y dejar a su suerte ignota a los trabajadores.

La empresa goza de respaldo policial que ha llegado en masa desde Trujillo y es casi seguro que siguen instrucciones que se dan por conductos regulares para apalear y “escarmentar” a quienes protestan. Hay que “citar” a comisarías a los trabajadores y botar a los líderes del sindicato para que no “hagan problemas”. Las autoridades del ministerio de Trabajo, señaladamente el señor Ferradas, guardan fidelidad sibilina con Gloria S.A. y no hay razón posible que pueda asistir a los obreros en sus justos reclamos salariales.

Hoy comienza, si así se ratificó en las últimas horas, la huelga general en Cartavio. Cualquier desmán, heridos o muertos, serán responsabilidad absoluta, vergonzosa y traidora de quienes han permitido que se llegue a estos extremos de conflicto. El gobierno puede ser acusado de violador de derechos humanos y laborales consagrados en múltiples tratados internacionales. ¿Tanta ceguera para qué?

Mi solidaridad con los trabajadores de Gloria S.A. en Cartavio. Y si acontece: ¡qué viva el paro general!

¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!

Lea www.voltairenet.org/es hcmujica.blogspot.com

SOLO HAITI

Aprender de Haití
Ignacio Ramonet • Le Monde Diplomatique

Por muy “natural” que parezca, ninguna catástrofe es natural. Un seísmo de intensidad idéntica causa más víctimas en un país empobrecido que en otro rico e industrializado. Ejemplo: el terremoto de Haití, de magnitud 7,0 en la escala de Richter, ha ocasionado más de cien mil muertos, mientras que el de Honshu (Japón), de idéntica fuerza (7,1), acaecido hace seis meses, apenas provocó un muerto y un herido.

“Los países más pobres y los que tienen problemas de gobernabilidad están más expuestos a riesgos que los otros”, confirma un reciente informe de la ONU (1). En una misma ciudad, el impacto humano de una calamidad puede ser muy distinto según las características de los barrios. En Puerto Príncipe, el seísmo se ensañó con las desvencijadas barriadas populares del centro. En cambio, los distritos privilegiados de la burguesía mulata comerciante apenas padecieron estragos.Tampoco son iguales los pobres ante la adversidad. La Federación Internacional de la Cruz Roja sostiene que, en caso de desastre, “las mujeres, los discapacitados, los ancianos y las minorías étnicas o religiosas, víctimas habituales de la discriminación, son más castigados que los demás” (2). Por otra parte, aunque un país no sea rico, si se dota de una política eficaz de prevención de catástrofes puede salvar muchas vidas. En agosto de 2008, el ciclón Gustav , el más violento de los últimos cincuenta años, azotó el Caribe con vientos de 340 kilómetros por hora. En Haití mató a 66 personas. Sin embargo, en Cuba no causó ninguna víctima mortal…¿Es Haití un país pobre? En verdad, no hay países pobres; sólo existen “países empobrecidos”. No es lo mismo. En el último tercio del siglo XVIII, Haití era la Perla de las Antillas y producía el 60% del café y el 75% del azúcar que se consumía en Europa. Pero, de su gran riqueza sólo se beneficiaban unos 50.000 colonos blancos, y no los 500.000 esclavos negros que la producían.

Invocando los nobles ideales de la Revolución Francesa, esos esclavos se sublevaron en 1791 al mando de Toussaint Louverture, el Espartaco negro . La guerra duró trece años. Napoleón envíó una expedición de 43.000 veteranos. Triunfaron los insurrectos. Fue la primera guerra racial anticolonial y la única rebelión de esclavos que desembocó en un Estado soberano.

El 1 de enero de 1804, se proclamó la independencia. Sonó como un aldabonazo en el continente americano. Los esclavos negros demostraban que, por su propia lucha, sin la ayuda de nadie, podían conquistar la libertad. Afro-América emergía en la escena política internacional.

Pero el “mal ejemplo” de Haití -así lo calificó el Presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson- aterrorizó a las potencias que seguían practicando la esclavitud. No se le perdonó. Y nadie reconoció, ni ayudó a la nueva república negra, pesadilla del colonialismo blanco. Aún hoy, el viejo terror no ha desaparecido. Pat Robertson, telepredicador estadounidense, ¿no acaba acaso de afirmar: “Miles de hatianos han muerto en el seísmo porque los esclavos de Haití hicieron un pacto con el diablo para obtener su libertad” (3)?

El nuevo Estado independiente fue boicoteado durante decenios con la idea de “recluir la peste” en ese país. Haití cayó en guerras civiles que arrasaron su territorio. Se perdió la necesaria etapa de construcción de un Estado-nación. Institucionalmente, a pesar de la gran calidad de sus numerosos intelectuales, el país quedó estancado.

Después vino el tiempo de la ocupación por Estados Unidos que duró de 1915 a 1934. Y de la guerra de resistencia. El héroe de la rebelión, Charlemagne Péralte, fue crucificado por los marines , clavado en la puerta de una iglesia… Washington acabó por ceder Haití a nuevos dictadores, entre ellos: Papa DocDuvalier, uno de los más despóticos.

En los años 1970, aún gozaba Haití de soberanía alimentaria, sus agricultores producían el 90% de los alimentos que consumía la población. Pero el Plan Reagan-Bush, impuesto por Washington, obligó a suprimir los aranceles sobre la importación de arroz, producto básico del cultivo local. El arroz estadounidense, más barato porque estaba subvencionado, inundó el mercado local y arruinó a miles de campesinos que emigraron en masa a la capital, donde el seísmo los ha atrapado…La única experiencia de gobierno realmente democrático, fue la de Jean-Bertrand Aristide, dos veces Presidente (1994-1996 y 2001-2004). Pero sus propios errores y la presión de Washington lo empujaron al exilio. Desde entonces, de hecho, Haití se halla bajo tutela de la ONU y de un conglomerado de ONGs internacionales. El Gobierno de René Préval ha sido sistemáticamente privado de medios de acción. Por eso resulta absurdo reprocharle su inoperancia ante los efectos del seísmo. Hace tiempo que el sector público fue desmantelado y sus principales actividades transferidas, si eran rentables, al sector privado, o a las ONGs cuando no lo eran. Antes de convertirse en el Ground Zero del planeta, Haití ya era el primer caso de “colonialismo humanitario”. La tragedia reforzará la dependencia. Y por consiguiente las resistencias. El “capitalismo de choque”, descrito por Naomi Klein, hallará una nueva ocasión de reclamar -en nombre de la eficacia- la privatización integral de todas las actividades económicas y comerciales ligadas a la reconstrucción.

Estados Unidos está en primera línea, con sus Fuerzas Armadas desplegadas en una ofensiva humanitaria de gran envergadura. Resultado sin duda de un generoso deseo de socorrer. Pero también de indiscutibles intereses geopolíticos. Washington prefiere invadir Haití de ayuda que ver invadidas sus costas por decenas de miles de boat people haitianos. En el fondo, se trata de la misma vieja obsesión: “recluir la peste”…
Notas:
(1) Riesgo y pobreza en un clima cambiante. Invertir hoy para un mañana más seguro , Naciones Unidas, Nueva York, mayo de 2009.
(2) Informe Mundial sobre los desastres 2009 , Cruz Roja Internacional, Ginebra, julio de 2009.(3) Christian Broadcasting Network, 14 de enero de 2010

Nos quedará algo?

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Lagrimas negras

NOS QUIEREN GOBERNAR

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